lunes, 11 de junio de 2007
Marionetas
Desde hace años se viene adelantando delante de nuestras propias narices una campaña sistemática de descrédito contra el pueblo venezolano. Lo más triste es que viene orquestada por quien precisamente, en una democracia real, debería ser el encargado de velar por todos los ciudadanos de un país: el Presidente de la República. Y por ahí, por extensión, a toda su corte de funcionarios.
La imagen que desde la presidencia parecen tener sobre los venezolanos (unos, miles, millones, ¿realmente importa?) es la de unos autómatas babeantes, maleables, manipulables, inermes, incapaces de raciocinio, de voluntad, de libre albedrío. Y eso, en nuestra opinión, nos parece cuando menos insultante. ¿Creen de verdad desde "las ramas más altas del poder" que los venezolanos son seres incapaces de actuar aunque sea un día, por motu propio?
Pongamos ejemplos: un día la gente se cansa de no conseguir queso en las panaderías, abastos, etc. Deciden protestar en la calle. ¿La respuesta oficial? "Es una protesta manipulada, orquestada, pagada por el Departamento de Estado, etc". La arrechera de cientos de amas de casa, desinfectadas de un plumazo por unas declaraciones de guión aprendido y voz afectada. Otro ejemplo: Te quitan un canal, de la noche a la mañana, al cual estás acostumbrado a ver desde hace más de 50 años. Mal que bien, con altos y bajos, pero ha estado siempre en tu casa. Protesta estudiantil, universitaria. ¿Respuesta oficial? "Son pequeños grupos, desestabilizadores, instrumentos del golpismo, pagados por la CIA, etc etc".
No sé ustedes, pero nos molesta sobremanera que con una desafortunada declaración se nos elimine no sólo la libertad de pensar o razonar o decir como queramos, sino algo más visceral como nuestra propia arrechera, y se nos reduzca al nivel de pequeños robots, los cuales sin las pilas (venidas desde afuera, por supuesto) serían incapaces de articular o decir nada. ¿Esa es la imagen que de nosotros tienen? Con el corazón en la mano, ¿no es hora de escoger a personas que nos vean como ciudadanos libres y pensantes, más que como simples borregos?
¿O será que eso precisamente es lo que queremos para nuestras vidas y nuestro futuros? ¿Que nos arreen como a un rebaño, que sean otros los que decidan todo por nosotros?
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