martes, 5 de junio de 2007

En el cine


- ¿Aló?… ¿Aló?
-
- Estoy en el cine… te llamo más tarde.
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- Sí, sí, si… en el cine… ahorita no puedo...
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- Es que ahora no puedo hablar.
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- En el cine…
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- Que estoy en el cine… ¿no me oyes?
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- Sí, en el cine. Ahorita no puedo hablar. Te llamo ahora.
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- Que te llamo ahora. Que ahorita no puedo hablar.
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- Coño, porque estoy en el cine.
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- Sí, viendo “Piratas del Caribe”. Te llamo ahora.
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- Ajá, OK. Si, hablamos ahora.
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- Salgo a las 9.
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- En Los Naranjos. Te llamo ahora.
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- “Piratas del Caribe”. Si, burda de buena. Hablamos ahora.
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- Ajá, OK. Tengo que colgar, me están viendo feo.
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- ¡Sí, sí, chao!

Por fin cuelga.

- Mi amor, ¿qué ha pasado?

1 comentario:

Anónimo dijo...

Abre puerta principal. Entre la oscuridad destaca el brillo cromado del revolver. Se desplaza hasta que en el pequeño halo de luz se ve un rostro. Es el protagonista, sudoroso, con expresión innegablemente asustadiza. Apenas si se oyen los pasos sobre el viejo piso de madera. Arrancan acordes dramáticos incidentales, que se acompasan a la perfección con la respiración cada vez más agitada del protagonista avanzado por el pasillo oscuro. Una nota sostenida, aumenta el volumen, el protagonista da el paso que lo expone a una repentina y sorpresiva fuente de luz. Se oye un golpe, luego, silencio absoluto… y…

- Yo sí soy un jalaboooolaaaaa!

Y buenas a primeras se pega un brinco en el asiento, se piensa “¡Coño! ¡Qué bueno el surround” o directamente se echa la gran puteada, porque el conchesumadre que tenemos al lado tiene el repique de “Jalabola.”

Cuando ya el repique va a empezar la segunda estrofa:

- Marico, te llamo ahorita, estoy en el cine…

Cuelga, y apaga el teléfono.

Y cuando volteo otra vez a la pantalla veo al bolsa del protagonista tirado en el suelo y no sé cómo coño llegó hasta allí.

Yo no sé, pero todos mis panas, y también un gentío en la pantalla, me dijeron que apagara el teléfono antes de que empezara la película.

¿Será que estoy imaginando todas esas voces?